Quién creó a Dios
Hay que esperar hasta el libro de Isaías para volver a encontrarnos con profecías. Los denominados profetas mayores fueron aquellos que son considerados como tales por lo extenso de sus libros en comparación con los siguientes profetas.
Aquí las profecías ya no se enfocan en la formación de Israel como en los anteriores libros sino más bien de su destrucción, restauración, nacimiento de Jesús e incluso el mismo fin del mundo. De estos libros de la Biblia se han sacado muchas interpretaciones.
Tras los larguísimos libros de la Biblia escritos por Isaías, Jeremías y Ezequiel, vienen los libros de los llamados profetas menores, considerados así por la brevedad de sus escritos, sin embargo, aún con ello el contenido de sus profecías es igual y quizás mayor, por ser más claro, que el de los anteriores.
Entre estos contamos con catorce profetas que, se caracterizan, además de por no ser todos israelitas y ya no hablar desde la tierra de Israel, algunos lo harán en el exilio, como también porque algunos intentarán no cumplir con lo que Dios les demandaba como profetas. Pero aún con ello, quisieran o no, debían hacerlo y lo hicieron.
De entre ellos resaltan mucho, por además ser explícitos con ciertos temas, los agregados que se hace en la Biblia católica en el libro de Daniel, como, los otros dos libros de los profetas conocidos como Baruc y Tobías, en los cuales se mezclan historias y profecías al igual que se hace en el de Daniel.
Esta parte de la Biblia es caracterizada por la claridad de sus profecías, ya que está todo bien establecido respecto al fin del mundo, como, además, sirve para interpretar mejor las profecías del Antiguo Testamento.
Sin embargo, no todos aquí son proféticos, pues, al igual que en al anterior caso, también hay simples historias que se cuentan, como es el caso de sus primeros cuatro libros, conocidos como evangelios y el libro de los hechos. El resto de libros si es caracterizado por sus promesas a futuro, en especial el apocalipsis.
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