El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento
Padre, Hijo y Espíritu Santo. En este orden, el Espíritu Santo viene a ser la tercera persona de la Santísima Trinidad. Tres personas pero a la vez una sola. Ciertamente es un misterio ¿Cómo pueden ser tres personas y una a la vez? Parece difícil de entender y la verdad es que lo es.
«En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era confusión y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas.» Gén: 1, 1-2
El espíritu de Dios aleteaba, esto lo que nos quiere decir es que desde el principio ya estaba presente en Espíritu Santo junto al Padre, de esa manera se manifiesta el Espíritu Santo en el antiguo testamento, cercano a Dios. Y como no estarlo si son la misma persona pero a la ves son dos diferentes.
Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza
Otro relato del Génesis donde vemos la armonía de Dios Padre con el Espíritu Santo. «Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.» ¿Por qué no hacerlo solo y ya? La respuesta es simple; porque Dios está unido al Espíritu Santo.
«Entonces dijo Yavé: «No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre»… Otro ejemplo del Génesis y para que entendamos el contexto, ya para este tiempo el pecado estaba en el hombre, producto a su codicia y el Espíritu Santo repudia y está en desunión con el pecado.
Llenos del espíritu
Pero no solo en el Génesis escuchamos del Espíritu Santo, también en el Éxodo donde se deja notar claramente que Moisés estaba ungido por el Espíritu Santo y gracias a ello había obtenido el don de hacer milagros.
Cuando las personas están llenas de Espíritu Santo pueden hacer cosas que ni ellas mismas se lo creen, vemos como a Bezaleel, donde Dios hablando con Moisés le dice que lo ha llenado del Espíritu Santo, de inteligencia, de ciencia y de la capacidad para realizar cualquier tipo de trabajo. Éxodo 31.
Desde el nacimiento de todo
En Números, Deuteronomio, jueces, primer y segundo libro de Samuel, primer y segundo libro de los reyes, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Nehemías, Zacarías, Joel, Job, Salmos y Sabiduría, estos son los libros del antiguo testamento que hablan del Espíritu Santo y su paso.
El Espíritu Santo no solo estuvo presente desde la creación, sino que también acompañó a los líderes que Dios fue eligiendo paga guiar a su pueblo, en ese orden de ideas nos podemos preguntar ¿Pero que hace realmente el Espíritu Santo? Él es un dador de vida, es un motivador, es la persona que impulsa y a su vez guía.
Dones del Espíritu Santo
EL Espíritu Santo vemos como se manifiesta en el antiguo testamento grandemente en los profetas, de lo contrario no pudieron haber creído, también a la hora de hablar ya que ellos literalmente eran usados como instrumento, era el Espíritu Santo que por mandato de Dios los movía hacer las cosas.
El don de Ciencia, este don es derramado en aquellos que son limpios y puros de corazón y les permite ver más allá de su propio conocimiento.
El don de Consejo, como su palabra bien lo dice este don le permite a las personas aconsejar conforme a la voluntad de Dios y hacer que sus semejantes sean capaces de entender fácilmente.
El don de Fortaleza, es la fuerza sobrenatural que las mismas personas no pueden explicar por si solas, es decir mover un objeto muy pesado para fines que agraden a Dios.
El don de Inteligencia, es saber diferenciar entre lo bueno y lo malo.
El don de Piedad, hace que la persona se compadezca por sus semejantes
El don de Sabiduría, este don ayuda a las personas a apreciar aquello que ven, pero no solo eso, también a apreciar aquello que siente.
El don de Temor de Dios, este implica veneración, obediencia y sobre todo amor.
“hay diversidad de dones, pero uno solo es el Espíritu” (1Cor 12,4)
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